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Autora: Sofía Sánchez
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- La gastronomía europea es variada y rica debido a los numerosos países que conforman el territorio.
- A pesar de ello, pueden darse ciertas similitudes en la forma de cocinar como para poder hablar de cocina europea u occidental.
- El uso de aceite, carnes en cortes abundantes o el gusto por los lácteos y el vino, son algunos de los elementos que definen la comida europea.
- Aquí recogemos un plato típico de cada país de Europa.
Europa se coloca como un territorio amplio y diverso, repleto de culturas y etnias diferentes.
Apodada como el Viejo Continente, las naciones que la conforman han cambiado sucesivamente con el devenir de los siglos.
Fruto de ello es la variada gastronomía que puede encontrarse a lo largo del continente. A pesar de esta diversidad, las cocinas de muchos países europeos guardan similitud entre sí, debido a proximidad geográfica, clima común o por haber pertenecido a un mismo territorio en el pasado.
Así es posible hablar de cocina mediterránea, eslava, germánica, por poner algunos ejemplos.
Sigue leyendo para hacer un recorrido por la gastronomía del continente y conocer una comida típica de cada país de Europa.
PARTE II
Francia — Escargots à la bourguignonne
La gastronomía francesa es sin duda una de las más populares e importantes del mundo.
Tal es así, que está protegida por la UNESCO como bien inmaterial de la humanidad. De acuerdo a este organismo, la cocina francesa incluye una cuidada selección de productos, preferiblemente locales, y maridados con vino.
Los plato franceses cuentan con una amplia variedad de ingredientes, provenientes de las distintas regiones del país, con una refinada forma de cocinar que ha influenciado los fogones de muchos otros países.
La bouillabaisse, la galette, las crêpes, la mayonesa de Dijon o el foie gras, son algunas de las delicias francesas conocidas en todo el mundo.
Un plato típico francés es, sin duda, el conocido como escargots à la bourguignonne,una forma de preparar los caracoles al estilo de Borgoña, que se extendió al resto del país en el siglo XIX.
En su elaboración, de forma tradicional, los caracoles se cuecen y después se introduce una especie de puré elaborado con mantequilla, ajo y perejil en las caracolas.
Grecia — Souvlak
La gastronomía griega —aunque difiere en cada una de sus regiones con claras diferencias entre las islas y la zona central— puede englobarse de manera generalizada dentro de la cocina mediterránea, compartiendo similitudes con Italia, Oriente Medio o nuestra cocina.
Es así habitual en sus platos el aceite de oliva, siendo los quesos, los cereales y el vino otros ingredientes destacados de la cocina griega. También destaca el uso de vegetales como las berenjenas, el tomate o la cebolla y de hierbas como el tomillo, el orégano o el romero.
Uno de los platos más conocidos y tradicionales de la comida griega es el souvlaki, pequeños trozos de carne a la parrilla entremezclados con vegetales que puede servirse a modo de brocheta o en plan de pita.
Hungria — Gulash
La cocina húngara resalta sobre todo por sus sabores picantes, como consecuencia del uso frecuente de pimentón, pimienta negra o cebolla.
Uno de los platos más tradicionales de la gastronomía húngara es el gulash, que además ejemplifica su gusto por el pimentón.
Aunque típico de Hungría, pueden encontrarse versiones de este plato en otros países de Europa central y del este.
A medio camino entre el estofado y la sopa, suele elaborarse a partir de carne y vegetales como patatas, zanahorias o pimientos, sin que falte el clásico pimentón.
Irlanda — Colcannon
Sopas, guisos, algo de pescado y por supuesto la patata son los elemento más definitorios de la cocina irlandesa.
Uno de los platos más típicos de Irlanda es el colcannon. Muy presente en la festividad de Todos los santos, se trata de un puré a base de patata, col, pimienta, mantequilla y sal.
Islandia — Hangikjöt’
La gastronomía islandesa está marcada por las condiciones excepcionales del país. Al ser una isla y tener un clima tan extremo, durante muchos siglos su dieta básicamente se reducía al pescado.
Recuerdo de esto es el pescado seco o stockfish, que tradicionalmente se comía como acompañamiento sustituyendo al pan —considerado casi un producto de lujo antes del XIX cuando el trigo o la harina debían de importarse de Dinamarca.
Pescados como el lobo atlántico, el bacalao, el eglefino o incluso la ballena son típicos de los platos islandeses.
El cordero es otro ingrediente representativo de la comida de Islandia.
Este animal llegaba al país de mano de los pueblos vikingos, y desde entonces no ha dejado de criarse, ofreciendo numerosas ventajas a la población. Gracias a él se conseguía carne, leche, quesos y por supuesto lana para los populares jerseys lopapeys con los que los islandeses llevan años afrontando sus bajas temperaturas.
Uno de los platos de carne más tradicionales de islandia es el hangikjöt, un plato de cordero ahumado que suele tomarse sobre todo en navidades. Se puede comer tanto frío como caliente y se hace acompañar de patatas cocidas, col roja en escabeche,guisantes y salsa blanca.
Italia — Pizza napolitana
La cocina italiana es ampliamente conocida en todo el mundo y disfruta de reconocido prestigio. Esta se engloba dentro de la dieta mediterránea, destacada por la UNESCO por su importancia.
Pero no solo eso, desde 2017 la UNESCO también reconocen la pizza al estilo napolitano como patrimonio inmaterial de la humanidad.
Esta forma de preparar pizza, conocida como ‘Pizzaiuolo’, comprende cuatro fases que incluyen la preparación de la masa y su posterior cocción en un horno de leña.
Una práctica culinaria originaria de Nápoles y que en la región se practica tanto en restaurantes como en los hogares. Sin duda es uno de los platos más tradicionales de Italia.
Kosovo — Dolmades
Las raíces serbias y albanas de Kosovo hacen que su gastronomía sea muy similar a la de estos países, con influjos también de las cocinas croata, italiana y griega.
Así entre los platos típicos de la cocina kosovar encontramos por ejemplo los dolmades o dolmas, a base de arroz, carne y especies envueltas en hoja de parra.
Letonia — Karbonāde
Similar a la gastronomía del norte de Europa, la cocina letona es rica en grasas y mantequilla, y escasa en especias, salvo la pimienta negra que sí es más utilizada.
Basada en productos de temporada, es frecuente encontrar en la cocina letona, pescados, sobre todo arenques y sardinas, y comerlos ahumados. El cerdo es una de las carnes más utilizadas y suele acompañarse de patatas, guisantes o champiñones. No hay que olvidar tampoco su gusto por el caviar y por los quesos, generalmente de sabores fuertes, que se toman principalmente como postres.
Uno de los platos más típicos de Letonia es el cerdo con patatas. Conocido como Karbonāde, se trata de una chuleta de cerdo empanada en harina, pan rallado y huevo antes de freír. Después este se hace acompañar de una salsa de champiñones así como de patatas hervidas, repollo o algunas verduras en escabeche.
Liechtenstein — Käsknöpfle
Este pequeño país de Europa central, limita al oeste con Suiza y al este con Austria, regiones con las que comparte muchas similitudes gastronómicas.
Entre los platos más típicos de Liechtenstein podemos encontrar el Käsknöpfle, una receta de pasta con queso fundido y cebolla caramelizada. Se suele hacer acompañar de ensalada verde o de patata y salsa de manzana.
Lituania — Šaltibarščiai
Lituania también tiene raíces compartidas con el resto del norte de Europa en cuanto a su gastronomía, especialmente de Alemania y Polonia. Fruto del clima frío de la región es habitual encontrar en sus platos setas, patatas, remolacha y centeno. La ocupación soviética también ha dejado su huella en el país, pudiendo encontrar platos propios de la cocina rusa.
La Šaltibarščiai es un plato muy típico de Lituania, aunque también pueden encontrarse en otras regiones del Este. Se trata de una sopa fría de remolacha mezclada con kñéfir o yogur y condimentada con eneldo o perejil.
Luxemburgo — Judd mat Gaardebounen
Influenciada por sus vecinos, la gastronomía de Luxemburgo comparte similitudes con la cocina francesa, belga y alemana. Mientras que la herencia de los primeros se deja ver sobre todo en su pastelería y postres, la cocina germana aparece en el gusto por las salchichas, carne ahumada o el chucrut.
El Judd mat Gaardebounen es uno de los platos tradicionales de Luxemburgo. Se elabora a partir de cerdo ahumado y es servido con habas y patatas cocidas.
Macedonia del Norte — Tavče gravče
Como explican desde Traveler, la gastronomía de Macedonia del Norte está muy influenciada por “especialidades turcas y griegas”, teniendo también algunos “rasgos típicos de los Balcanes”.
Una de sus especialidades es el Tavče gravče. Este plato tradicional de Macedonia se elabora a partir de habas preparadas de manera tradicional en una olla de barro. A estos se les añade pimentón rojo y pimienta negra. Una vez hervidos pueden hacerse acompañar de vegetales o carne seca como tocino o carne de cerdo ahumada.
Malta — Fenkata
La gastronomía de Malta, es como la isla, una mezcla de sabores y olores mediterráneo y asiáticos, resultado de su pasado histórico.
Entre los ingredientes más presentes en su cocina se encuentran el aceite de oliva, el pescado, la miel o los dátiles.
En cuanto a la carne, es típico el conejo, utilizado en uno de los platos más tradicionales de Malta, el fenkata, un estofado de conejo servido con patatas asadas y guisantes o incluso espaguetis.
Moldavia — Plăcintă
La cocina moldava está muy influenciada por la gastronomía ucraniana, rumana y rusa en mayor medida y algo menos por las tradiciones culinarias turcas y griegas .
Es habitual el consumo de vegetales tales como tomates, berenjenas, pimientos, calabacines, col y ajo. También son frecuentes los platos a base de carnes, sobre todo de cerdo, pero también se pueden encontrar recetas de pollo, ternera e incluso ganso.
Una elaboración típica de Moldavia, aunque también presente en otros países como Rumanía es la Plăcintă, un dulce elaborado a partir de pasta rellena de manzanas, queso o calabaza.
Mónaco — Stocafi
El bacalao es un pescado presente en muchas culturas gastronómicas de Europa.
EL Mediterráneo ejerce gran influjo en la cocina monegasca, a través del uso del aceite de oliva, del ajo y de los pescados de su costa, también fuertemente influenciada por la gastronomía de Italia y el sur de Francia.
Ejemplo de ello es el stocafi, un plato clásico de Mónaco a base de bacalao, cocinado en una salsa de, tomate, ajo, aceitunas negras y alcaparras, que puede hacerse acompañar de patatas hervidas.
Fuente: BUSINESS INSIDER