La quinta gama de alimentos se compone de diferentes alimentos procesados y parcialmente preparados para su consumo.
En el mundo de la alimentación existe una convención no oficial que clasifica los alimentos en hasta seis gamas diferentes atendiendo a diferentes características como su procesamiento, su tiempo de conservación o su seguridad alimentaria. Hoy queremos hablarte de la llamada quinta gama de alimentos, una de las gamas más recientes y una pequeña revolución tanto para la cocina doméstica como para la restauración profesional.
Qué son los alimentos de 5ª Gama
En los productos de la quinta gama coinciden dos características al mismo tiempo que definían, por separado, la naturaleza de los productos de la segunda y cuarta gamas. Es decir, los alimentos de quinta gama son productos tratados con calor y que a su vez están envasados al vacío. Al igual que en el caso de la segunda gama, se pueden encontrar productos con dos tipos de tratamiento térmico: pasteurización y esterilización. En el primer caso, los productos pasteurizados de la quinta gama deben ser mantenidos en condiciones de refrigeración y cuentan con una fecha de caducidad más temprana frente a aquellos que hayan sido esterilizados.
Ejemplos de alimentos de V Gama
Por definición, son productos elaborados, cocinados y envasados que se encuentran listos para consumir, normalmente, tras someterlos a un calentamiento. El elemento que más fácil nos puede revelar que estamos ante un producto de la V gama, es “el bote de cristal”. Por ejemplo, un bote con legumbres cocidas, estén o no cocinadas junto a otros ingredientes. Además, distintas confecciones y preparaciones de vegetales, acompañados o no de otros ingredientes de origen animal, por ejemplo, un bote con sopa de pescado son ofertas clásicas en esta V gama.
Ventajas y desventajas de los alimentos de quinta gama
De nuevo, una de las grandes ventajas de esta gama la encontramos en el ahorro de tiempo a la hora de encontrarnos con un producto listo para consumir y que muchas veces consiste en una receta en sí misma. Además, y compartiendo la característica de la segunda gama, cuando se trata de una opción esterilizada (conserva) son productos con una larga duración que no precisan de condiciones especiales para su conservación. Si se trata de semiconservas (productos de la quinta gama pasteurizados) sí que necesitan de refrigeración y su vida útil es considerablemente más corta.
En los contras generales de esta gama figura la ausencia de la frescura que encontramos en los productos de la primera y cuarta gamas (y llegado el caso, incluso de algunos productos crudos congelados de la tercera). Además y por supuesto, la pérdida de rasgos diferenciales que en una misma receta pudiéramos encontrar cuando diversos establecimientos de hostelería ofrecen este tipo de recursos (algo que no es infrecuente).
Por Juan Revenga | Fuente: BON VIVEUR